Lo que no se dice de la reforma judicial y del sistema de justicia
En la peor crisis socio económica y sanitaria de la historia Argentina iniciar un proceso político y legislativo para llevar a cabo una reforma judicial es tan inoportuno como inútil.
Resulta absolutamente cuestionable que se quiera ampliar la cantidad de jueces federales, porque según el Presidente de la Nación, la Justicia Federal “funciona mal”. Manifestación que esconde el verdadero motivo de esta reforma: la colonización política de la Justicia en el área más sensible, la penal.
Ante esta afirmación vale revisar por qué “funciona mal” la Justicia Federal, para Alberto Fernández. Desde hace varios años no se designan nuevos jueces federales para cubrir las vacantes que se van generando. La Cámara Federal de Mar del Plata, integrada por tres miembros, cuenta con dos Camaristas desde hace más de dos años, ante la renuncia del Juez Federal Jorge Ferro. Un Juzgado Federal de Mar del Plata de primera instancia se encuentra vacante desde hace 4 años ante la renuncia del Juez Federal Alejandro Castellanos. Vacíos que llevará seguramente mucho tiempo cubrir, conforme la experiencia cotidiana y el manejo lentísimo del politizado Consejo de la Magistratura. En todo el país ocurre lo mismo, cientos de vacantes en Juzgados Federales que son cubiertas por su pares, complicándose muchísimo la tarea de los Magistrados y agotándose los recursos materiales y humanos ante el cúmulo de tareas.
En consecuencia se pretende modificar la Justicia Federal porque “funcionaria mal”, pero funciona así, en parte, por la misma irresponsabilidad de los funcionarios que no designan jueces que deberían estar al frente de sus Juzgados, para que “funcione bien”. Rol que debe cumplir el Consejo de la Magistratura, que tiene el manejo de designaciones, traslados y sanciones sobre todos los Jueces Federales.
Es necesario e incuestionable que se deben designar con urgencia Jueces Federales para cubrir las vacantes existentes. Recién entonces podremos verificar si la Justicia Federal “funciona mal”. Es tan evidente como quien quiere cambiar el auto porque no anda, pero se niega a echarle combustible.
La reforma judicial parecería que apunta solo a quitar poder a los Jueces de Comodoro Py, obviando el gobierno que hay Jueces Federales en todo el territorio nacional con causas enormes, pero menos sensibles al poder de turno, como son las que se investigan en CABA, por corrupción y defraudaciones multimillonarias al Estado y al pueblo argentino.
La llamada "colonización" de la Justicia tiene su fundamento en la aparición de Justicia Legítima, órgano político partidario que choca con los principios que hacen a la objetividad y apartidismo del sistema judicial, tan es así que los Jueces no pueden estar afiliados a un Partido Político.
Para este grupo político/judicial, la visión criminológica del Dr. Raúl Eugenio Zaffaroni es su guía. El ex Juez de la Corte Suprema promueve el abolicionismo, es decir terminar con las penas privativas de la libertad y con las cárceles. Entiende que los delincuentes son víctimas de un sistema social injusto, de no inclusión, que por lo tanto el accionar delictivo siempre estará justificado o comprendido, siendo la cárcel un castigo injusto y medieval. Estos principios son los que sostendrán los nuevos Jueces Federales a designar, ya que sin duda alguna, todos los nombramientos surgirán de candidatos que sostienen esa ideología tan particular.
La reforma intentada, hará mucho más ineficiente el servicio de Justicia, ya que se implementará en poco tiempo el “sistema acusatorio”, como en la Provincia de Buenos Aires y en casi todas las del país. Duplicar la cantidad de Jueces Federales no servirá para nada, ya que el nuevo sistema de acusación implica que los que lleven adelante las investigaciones serán los Fiscales Federales, en consecuencia la labor de los Jueces va a estar limitada al contralor y dictado de medidas propuestas por los que llevan todos el peso de la tarea de campo, los Fiscales.
Por lo tanto habría que ampliar la cantidad de Fiscales Federales, ya que tendrán muchísimo más trabajo y no la de Jueces Federales, que tendrán menos tareas para llevar a cabo. Detalle que en el apuro oficial se ha obviado, pese a que existe un grupo de autodenominados “notables”, dentro de los calificados “científicos” que rodean al Presidente Fernández.
La urgencia por nombrar más Jueces Federales se da de bruces con las urgencias por cuestiones indispensables en plena pandemia, tales como ampliar la cantidad de camas para internación del país, reforzar el sistema sanitario, hallar una vacuna contra el Covid 19 o un plan económico para amortiguar la estrepitosa caída de la calidad de sobrevida de los argentinos y procurar su supervivencia en condiciones medianamente dignas.
Con relación al “mejor servicio de Justicia”, pregonado por los apurados reformistas, vale preguntarse si con esta reforma disminuirá la cantidad de delitos violentos, si los presos que han recuperado injustamente su libertad volverán a la cárcel, si se logrará condenar a los funcionarios infieles, acusados de desvalijar al Estado o si con ella se logrará destituir a Jueces o Fiscales corruptos. La respuesta claramente es NO, TODO LO CONTRARIO.
Aclaración: los conceptos vertidos de quienes opinan son absoluta responsabilidad del firmante.