Política y egoísmo, ¿sinónimos?
A lo largo de la historia, muchos políticos han sido acusados de guiarse por el egoísmo y la ambición. La búsqueda de poder, prestigio y beneficios personales se ha visto a menudo como la fuerza impulsora de las acciones y decisiones políticas. Sin embargo, es importante señalar que no todos los políticos están motivados únicamente por el interés propio, y que hay muchos que realmente buscan servir a sus electores.
No es una situación nueva. Ya siglos atrás en Francia, una opinión reflejaba la opinión de que los políticos suelen estar motivados por la ambición, el fiilósofo francés Michel de Montaigne (1533-92), proclamó: "La ambición no es un vicio de gente pequeña, ni de los que se complacen en su condición; es una pasión natural de las grandes almas". Esto sugiere que un cierto nivel de ambición es necesario para tener éxito en política, pero también puede ser una fuente de corrupción e interés propio, y se complementa en el pensamiento de Hobbes: “El hombre es el lobo del hombre.”.
Así entonces, aunque sin duda hay ejemplos de políticos que se han dejado llevar por el egoísmo y la ambición, es importante reconocer que no todos los políticos están motivados únicamente por el interés propio. Muchos como el Mahatma Gandhi, buscaron servir a sus electores y tener un impacto positivo en la sociedad. En última instancia, la cuestión de si los políticos son egoístas y ambiciosos o no, es compleja y depende de diversos factores, del país, de los valores personales del individuo, el sistema político en el que operan y las presiones sociales y económicas a las que se enfrentan.
Una de las frases más recurrentes que usamos los politólogos, en los estudios sobre política y ambición, procede de Lord Acton (1834-1902), quien dijo: "El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente". Lord Acton aquí sugiere que la búsqueda del poder puede conducir a la corrupción, ya que los individuos están más centrados en mantener su propio poder e influencia que en atender las necesidades de sus electores.
En su libro "El Príncipe", Nicolás Maquiavelo escribió: "La política no tiene relación con la moral". Esta cita refleja la idea de que los políticos pueden estar dispuestos a comprometer sus principios éticos para alcanzar sus objetivos políticos, incluida la búsqueda de poder e influencia, y la República Argentina, es un ejemplo evidente de ello.
Pero una frase que personalmente recuerdo siempre, junto con la de Lord Acton es del ex presidente estadounidense Lyndon B. Johnson, quien dijo: "El poder está donde va el poder". Johnson sugiere que los individuos en posiciones de poder suelen estar motivados por el deseo de mantener su propia influencia, más que por un compromiso con el bien común o las necesidades de sus electores; el caso de el actual ministro argentino Sergio Massa, o el autocandidato Lousteau, es un ejemplo claro de giroscopio político, donde efectivamente todo su devenir, sigue al poder.
La desmesurada cantidad de candidatos a postularse a cargos ejecutivos como Presidente, gobernadores o intendentes en Argentina, para las elecciones de este año 2023, por los integrantes de TODOS los partidos políticos sin excepción, deja en claro que es el poder quien los convoca y no el servicio a la comunidad precisamente.
O sea, aunque sin duda hay ejemplos de políticos movidos por el egoísmo y la ambición, es importante reconocer que no todos los políticos están motivados únicamente por el interés propio. El ámbito político es complejo y los individuos pueden tener diversas motivaciones para buscar poder e influencia. Sin embargo, también es importante ser consciente del potencial de corrupción e interés personal en la política, y lograr que los políticos rindan cuentas de sus acciones y decisiones. Otra faceta de la corrupción, es el sistema de nombramiento de funcionarios en cargos públicos, para los cuales jamás convocan a los aptos y capaces, en absoluto, sino que los nombramientos en cargos claves obedecen a su condición de parientes, amantes, amigos, caudillejos religiosos, o aliados políticos y así nuestro sufrido país evoluciona en manos de la oclocracia. En Mar del Plata, la Municipalidad de General Pueyrredón no es una excepción.
Y esto nos lleva al tema de la prescripción de los delitos de corrupción- En muchos ordenamientos jurídicos de todo el mundo, existen plazos de prescripción que limitan el tiempo en el que las personas pueden ser procesadas por determinados delitos, incluidos los de corrupción. Esto significa que si ha transcurrido un cierto tiempo desde que se cometió el delito, no se pueden emprender acciones legales contra el delincuente, o sea una protección de impunidad.
Sin embargo, existe una tendencia jurídica en aumento, que sostiene que los delitos de corrupción no deberían prescribir jamás. Los defensores de este punto de vista argumentan que la corrupción es un delito que tiene efectos duraderos y de gran alcance, y que permitir que los corruptos eludan la justicia simplemente por el paso del tiempo es injusto y socava el Estado de Derecho.
Uno de los pensamientos más conocidos relacionados con el tema de la corrupción procede del filósofo francés Montesquieu (1689-1755), quien afirmó: "No hay mayor tiranía que la que se perpetra bajo el escudo de la ley y en nombre de la justicia". Esta aserción sugiere que permitir que los corruptos escapen a la acción de la justicia simplemente por el paso del tiempo, y es un ejemplo de injusticia y socava la integridad del sistema legal. Por su parte, la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, que afirma que "la corrupción es un delito grave que puede socavar el desarrollo social y económico de todas las sociedades". Esta aseveración enfatiza la gravedad de la corrupción como delito y el daño potencial que puede causar. El dinero que se roba es el que falta en lo que se necesita.
En un informe de 2017, la Asociación Internacional de Abogados (Bar) respaldó la abolición de la prescripción de los delitos de corrupción, afirmando que "el daño causado por la corrupción puede sentirse durante años, si no décadas, y sus efectos perniciosos se extienden mucho más allá de los directamente involucrados en el acto corrupto." Este informe pone de relieve el impacto duradero y de largo alcance de la corrupción, y sugiere que permitir que los corruptos eludan la justicia simplemente por el paso del tiempo es totalmente inaceptable.
En cuanto a la Argentina, la imagen que dan nuestros partidos políticos, el Frente de Todos, el Peronismo, el Radicalismo, el Pro, la izquierda, la Coalición Cívica et al; es realmente lamentable; todos en la largada de una carrera por el cargo, de fin incierto. Si los argentinos esperábamos algún tipo de grandeza política o ejemplo de nuestros cuadros políticos, olvidemos esa ilusión, estan todos, todas y todes lanzados sin límites a una carrera por el cargo. Dan repulsión.
En conclusión; aunque las leyes de prescripción cumplen una función importante en el sistema jurídico en determinadas situaciones, se afirma el movimiento creciente por la NO Prescripción de los delitos de corrupción. El impacto grave y duradero de la corrupción, así como la necesidad de defender el Estado de derecho y promover la justicia, hacen imperativo que sea importante responsabilizar a los corruptos de sus actos, independientemente de cuándo se cometió el delito, que es lo menos relevante. Y el ejemplo actual de nuestros cuadros políticos, no beneficia en nada.
Mercedes Susana Giuffre
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