Rankings y bicicletas
La película Alta Fidelidad cuenta la historia de una ruptura amorosa. Laura deja a Rob. Rob es el dueño de una tienda de discos. Con la pelea él entra en una crisis que lo lleva a evaluar sus separaciones más importantes. Necesita entender qué salió mal, en qué se equivocó. Para eso elabora el Top Five de sus peores rupturas amorosas. Pensar en términos de rankings es natural para él. Todo el tiempo organiza la realidad con esa estructura. Una vez armado va en busca de sus exparejas para preguntarles por qué fue un mal novio. La estrategia de Rob es interesante. Buscar las claves del fracaso en la mirada externa puede moderar la tendencia al auto-engaño o al auto-sabotaje. Un ranking nunca es estático. Puede ser una foto del presente, pero se desenvuelve en el tiempo. El orden original del Top Five cambia a medida que avanza la historia y que Rob construye un método para entender sus emociones. Laura, de a poco sube del puesto número cinco al número uno.
Nos gustan los rankings. Nos gusta ordenar de mayor a menor, de mejor a peor, de malo a horrible. Ponemos estrellas, puntos, otorgamos premios, entregamos trofeos y medallas, definimos los números uno, dos y tres. Los rankings nos dan información sobre el mundo, sobre las preferencias de las personas, sobre lo que salió bien y lo que salió mal. El mundo en el que vivimos está lleno de clasificaciones. A fines del año pasado la empresa de seguros Luko dio a conocer el ranking de las mejores 90 ciudades ciclistas.
Las ciudades fueron seleccionadas en base a su disposición a invertir y trabajar en iniciativas que mejoren las condiciones de infraestructura y seguridad para andar en bicicleta. Fueron evaluadas en seis categorías: condiciones climáticas, porcentaje de viajes en bicicletas, crimen y seguridad, calidad y extensión de la infraestructura exclusiva para ciclistas, la disponibilidad de sistemas de uso compartido de bicicletas, y eventos especiales como el Día Mundial Sin Autos. De las primeras diez ciudades nueve son europeas y una es china. Entre las noventa hay siete latinoamericanas. La mejor ubicada es Santiago de Chile en el puesto cincuenta y ocho. Buenos Aires se encuentra en el puesto ochenta y tres.
La ciudad que ocupa el puesto número uno es Utrecht en los Países Bajos. En esta ciudad se encuentra el estacionamiento más grande del mundo con espacio para alojar 12.500 bicicletas. Su construcción fue financiada por la compañía de trenes, la municipalidad de Utrecht, el Ministerio de Transporte y la Unión Europea. La estación emplea a cuarenta personas, tiene un taller para reparaciones, sirve para guardar las 1000 bicicletas públicas que tiene la ciudad y está integrada a las instalaciones de la estación de trenes. En este último aspecto Utrecht no es original ya que muchas ciudades de los Países Bajos combinan ambas infraestructuras. Este estacionamiento se suma a las instalaciones previas existentes en la zona de la estación de trenes. Juntas brindan espacio para guardar alrededor de 33.000 bicicletas de los cuales 22.000 son públicos y gratuitos las primeras 24 horas de uso. El lugar está abierto los siete días de la semana, las veinticuatro horas del día. Los lunes, los miércoles y los viernes están ocupadas entre el 80% y el 90% de sus facilidades. Los martes y los jueves la ocupación es total. La ciudad planea continuar ampliando el lugar ya que se estima que será insuficiente para el año 2025. Entre otros motivos, porque el 53% de las personas que llegan en tren a Utrecht lo hacen en bicicleta. Esta estación refleja el lugar que se le da en su sistema de transporte.
Las bicicletas ocupan cada vez más espacio en la planificación del transporte urbano. Las principales ciudades del mundo destinan esfuerzo y dinero para darles espacio. Muchas veces nos miramos en el espejo de otros países, que creemos mejores, más desarrolladas, más inteligentes. Eso no es del todo cierto, tampoco del todo falso. Para cambiar hace falta tomar decisiones. La bicicleta es parte del futuro. Deberíamos ir subiendo su puesto en el ranking de nuestras preferencias al elegir medios de transporte.