Redescubriendo el Omega 3: potencial preventivo del COVID-19
Los omega 3 son ácidos grasos polinsaturados que se encuentran en tres principales formas en los alimentos: Ácido Eicosapentaenoico (EPA), Ácido Docosahexaenoico (DHA) y Alfa Linolénico (?-ALA). Las formas EPA y DHA se pueden encontrar en los aceites de pescados que viven principalmente en aguas frías como el salmón, caballa, arenque, atún, sardinas, entre otras variedades; las algas son otra fuente importante. En cuanto a la forma ?-ALA, se puede encontrar en algunos aceites vegetales, semillas de chía o Salvia Hispánica, nueces, maní y aceitunas.
Los EPA, DHA y ?-ALA son ácidos grasos esenciales, es decir, se requieren ingerir por la dieta ya que el organismo no los sintetiza, no tiene la capacidad de fabricarlos. En la mayoría de las investigaciones en humanos, las formas EPA y DHA son las que han demostrado tener mayores efectos beneficiosos en comparación con la forma ?-ALA, de origen vegetal. Si bien la forma ?-ALA, puede ser convertida en el organismo a EPA y DHA, esta conversión se da en muy baja proporción, por lo que no es significativa, evidenciando que la mejor forma de adquirir EPA y DHA es mediante el consumo de peces grasos, mariscos y algas.
En cuanto a los beneficios de su consumo, se sabe que los ácidos grasos Omega-3 tienen:
- Efectos beneficiosos para el corazón y vasos sanguíneos: mediante la reducción de triglicéridos sanguíneos, latidos cardiacos irregulares como las arritmias, acumulación de placa aterogénica en las arterias, y tendiendo a estabilizar la tensión arterial.
- Efectos antiinflamatorios: mecanismo por el cual se ha visto que previene o mejora ciertas enfermedades, a partir de la producción de determinadas sustancias.
- Efectos sobre la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico: en estos casos mejora parámetros metabólicos como la glucosa, insulina, colesterol y triglicéridos en sangre. Han demostrado disminuir el proceso de hígado graso; por lo que puede ser utilizado como coadyuvante en el tratamiento de estas enfermedades.
- Efectos sobre el sistema nervioso: se ha demostrado que tiene importantes repercusiones en diversas funciones cerebrales tanto durante la gestación como en etapas tempranas del desarrollo. Se ratificó, además, que tienen beneficios sobre las funciones motoras y de aprendizaje.
- ¿Efectos preventivos para la infección por el virus SARS-CoV-2 y efectos atenuantes de la sintomatología presentada por el desarrollo de Covid-19?: esto es lo que actualmente se está estudiando, teniendo en cuenta su efecto antiinflamatorio y en la reducción de eventos cardiovasculares.
Desde hace ya dos meses aproximadamente, se lleva a cabo en distintos puntos del país, siendo Mar del Plata uno de los lugares elegidos, un estudio denominado PREPARE-IT, el cual tiene como referencia al realizado en el año 2019, que demostró que el consumo diario de 4 grs de EPA, reducía los eventos cardiovasculares en un 25%. El mismo es un estudio multicéntrico, aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo.
En diálogo con el Dr. Pablo Corral (MP 93559), especialista en Medicina Interna, integrante de ECLA (Estudios Clínicos en Latinoamérica), y una de las personas responsables del estudio en la ciudad de Mar del Plata, nos comenta que el mismo fue pensado originalmente para personal de Salud por la exposición que tenían los mismos al virus que provoca la enfermedad Covid-19, pero que una vez que el virus tuvo cierto avance poblacional, se hizo extensivo a toda la población. Se trata de un ensayo en donde se les administra aleatoriamente a las personas que así lo deseen, por 60 días, EPA. Los tres primeros días una dosis de 8 grs/día y, en los restantes, 4 grs/día. Previamente al inicio y luego de esos 60 días de haber sido expuestos al EPA o al placebo, se realiza un hisopado y un dosaje de anticuerpos para conocer si la persona padeció o no Covid-19 y si así fue, cuál fue la severidad del cuadro presentado para poder ver cuáles fueron los efectos de la administración de EPA en altas concentraciones en comparación con la no administración del mismo. El estudio aún se está desarrollando ya que se necesitan 2000 voluntarios para llegar a un resultado estadísticamente significativo. El Dr. Corral refiere que se pretende poder tener los resultados antes de fin de año, por lo que conocer si el consumo de dosis altas de Omega-3 puede o no reducir las posibilidades de contagio de Coronavirus, no se hará esperar. (Si desean formar parte del mismo pueden contactarse por WhatsApp +5493416 907846 o mediante la web del ensayo www.prepare-it.org o www.omegacovid.com).
Tengamos siempre presente que una alimentación variada y equilibrada permitirá poder afrontar de una mejor forma posibles enfermedades, por lo que si bien es importante incluir dentro de este estilo de alimentación saludable a las semillas, sobre todo por su contenido en fibra y sus efectos en el tracto intestinal por ejemplo, es bueno recordar que existen diferentes tipos de Omega-3 y, particularmente, a los que se les atribuyen beneficios en cuanto a reducción de eventos cardiovasculares, propiedades antiinflamatorias, funcionamiento del sistema nervioso central, y quizás prevención del contagio de Covid en personas expuestas y atenuación de la sintomatología; es a los provenientes de peces, mariscos y algas.
Si bien actualmente se tratan de demostrar los beneficios del EPA consumido en una dosis elevada, con la misma cantidad diaria que se demostró que se reducían los eventos cardiovasculares en un 25%, los ácidos grasos Omega-3, tienen su recomendación diaria de ingesta a nivel poblacional, tal es así que en general las recomendaciones mínimas giran en torno a 250 mg / 2 grs por día de EPA y DHA.
¿Cómo se pueden incorporar a la alimentación? El mejor ingreso al organismo de estas formas de Omega-3 se da por medio del consumo de pescados grasos como mínimo 2 veces a la semana, como los mencionados salmón, caballa, atún, arenques y sardinas. A pesar de ser una ciudad que cuenta con uno de los puertos más importantes del país, el consumo de pescado por habitante por año se encuentra muy por debajo de la media esperada. Este bajo consumo radica generalmente en que el mismo no provoca saciedad y su rendimiento por comida es bajo, en el desconocimiento de formas de cocción, en la procedencia, entre otros.
Oportunamente, la industria farmacéutica se ha hecho eco de estos beneficios y comercializa, desde hace un tiempo ya, Omega-3 en cápsulas y quizás para muchos termina siendo una “solución”. Para este tipo de casos, me queda sugerirles que tengan siempre la costumbre de leer los prospectos, y en este caso en particular que presten atención a si contienen o no EPA y DHA y en qué cantidad, en relación a lo mencionado en su pauta publicitaria.
Todos los 19 de cada mes, la Secretaría de Agroindustria de la Nación, a través de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura promociona el consumo de pescado y mariscos bajo el lema “Los 19 de cada mes comemos pescado”, con el fin de aumentar dicho consumo y “recuperar la tradición”.
Podemos proponernos entonces, teniendo en cuenta sus beneficios, comenzar por consumir pescado todos los 19 de cada mes para generar de a poco el hábito de consumo, y luego ir aumentando la frecuencia gradualmente. Si se tienen dudas en cuanto a cuáles son las mejores formas de cocción, cuáles son los platos que se pueden elaborar, con que alimentos se puede combinar, cuál es la porción diaria, etc, no duden en consultar a especialistas en nutrición que les brindarán la información necesaria.
Por Lic. Carolina Cordingley
Nutricionista (MP: 2060)
@lic_cordingley
(https://www.instagram.com/lic_cordingley/?hl=es-la )