Trinidad, la "loca linda" que nunca dejó de ayudar a los necesitados
La muerte por coronavirus de Trinidad Medina de Fenusquietto golpeó a la comunidad de la parroquia Santa Rita. La mujer de 62 años trabajaba en la cocina del lugar y preparaba las viandas que se entregaban a las familias que necesitaban un plato de alimento.
Trini era "muy divertida, alegre, un poco loca, pero una loca linda, siempre con buena onda, generosa, siempre al servicio". Así la describió Ezequiel, quien la conoce hace cinco años y gracias a ella se integró a la Parroquia.
"Estuve en la noche de la caridad, trabajando en Santa Rita, por el tema de la cuarentena se paró un poco. Me corrí por el tema de que no se podía tener contacto con las personas, pero algunos se quedaron trabajando", contó Ezequiel a El Marplatense.
Si bien se tomaron las medidas de aislamiento y no todos continuaron yendo al lugar, Trini no iba a dejar de ir a cocinar. "Mucha gente necesita y nosotros los tenemos que ayudar", contó Ezequiel.
El coronavirus se expandió por la comunidad y tras la muerte de "Trini" todos publicaron en sus redes sociales una cinta negra de luto. Además, el dolor se suma al fallecimiento de "Cris", otro miembro de la Iglesia que murió este mismo martes por otras enfermedades.
Además de los casos positivos, impactó en la vida de las familias que no pueden recibir la asistencia y en la de los miembros de la comunidad, que tenían en ella un modo de subsistencia.
"Hoy hablé con un chico que estuvo viviendo con el padre Hernán, hasta que consiguió para alquilar su casa. La gente de la comunidad le dio una mano, pero también se contagió y hoy tiene Covid y necesita alimentos. Se mantenía con la ayuda que le daba la comunidad, para cocinar pan casero y después venderlo en la calle", narró Ezequiel.
El Obispo Gabriel Mestre también lamentó el fallecimiento de Trini. "Junto a su marido Víctor, aparentemente estaban vinculados con el caso del Hospital Houssay. Y genera dolor porque era una mujer muy generosa, muy entregada, que parte a la casa del Padre. Le tocó transitar de manera muy complicada la enfermedad y es una tristeza muy grande", afirmó.
Con el dolor a flor de piel, los miembros de la comunidad de Santa Rita se apoyan los unos en los otros. "Estamos constantemente mandándonos mensajes, hablando", contó Eze.