Una noche en el bunker de Juntos por el Cambio: desazón, incertidumbre y finalmente la algarabía
Por Javier Novoa
Juntos Por el Cambio planteó su bunker para las elecciones definitorias muy cerca del lugar donde el presidente de la Nación Mauricio Macri realizó días atrás su marcha del "Si se puede". El céntrico hotel sería protagonista de una extensa jornada.
Guillermo Montenegro, esperaba en el sexto piso del Hotel Dorá junto a sus tres hijo mayores y el jefe de campaña Alejandro Rabinovich. Su mujer y los mellizos aguardaban los resultados en su casa.
En el primer piso, una veintena de periodistas, algunos candidatos y muy pocos seguidores aguardaban por una larga noche de incertidumbre.
El primero en confirmar una tendencia favorable fue Maximiliano Abad, cuando el reloj marcaba las 20.30. Con mucho cuidado y selección precisa de términos, dejaba entrever algunos puntos a favor para el partido de Mauricio Macri.
Luego, a las 21.30, el jefe de campaña Alejandro Rabinovich confirmaba que 4 puntos colocaban por encima de Fernanda Raverta al candidato de Juntos por el Cambio Guillermo Montenegro.
Con el 47 a 41 a nivel nacional en las pantallas del salón del hotel Dorá explotó el "Si se puede" y "Mauricio la da vuelta". Algunos despistados desconocían que con más del 45% de los votos, un candidato gana automáticamente las elecciones.
La mesa de café, las masitas y medialunas dio paso a camareras que circulaban por el salón ofreciendo fiambres y panes saborizados. Candidatos, funcionarios, y miembros del actual gobierno fueron llegando al hotel ubicado en Buenos Aires y Rivadavia para festejar el triunfo local .
Luego, llegó el turno de que Fernanda Raverta asuma que venían "1 punto por debajo". Risas y comentarios por lo bajo protagonizaron ese momento el bunker amarillo mientras los televisores mostraban el espacio celeste del Frente de Todos con una multitud alentando a Raverta.
Al hablar Vidal, nuevamente los aplausos. Una transición ordenada, una felicitación a Axel Kicillof por una excelente elección y la promesa de seguir cerca de los bonaerenses.
La noche estaba completa, los resultados irreversibles y ni los sanguchitos de miga ni Guillermo Montenegro salían a escena.
A las 22.25 aproximadamente, Macri apareció en pantalla, asumió la derrota e invitó a desayunar a Alberto Fernández. En Mar del Plata nuevamente aplausos. Los comentarios centrados en los valores de Macri de no "incendiar el país antes de irse".
El discurso continuó nuevamente con resaltar la decisión de llevar a cabo una transición ordenada y democrática. En "La Feliz", en el oasis para Juntos por el Cambio, el candidato e intendente electo no aparecía. Querían asegurar que la diferencia era irreversible, reiteraban.
La diferencia cambiante, a veces por 4 puntos, a veces por 2 generaba nerviosismo en más de uno. Por otro lado un actual diputado expresaba: "Mar del Plata es el lugar para consolidar de aquí en adelante".
Se estancó en los 3 puntos la división entre los candidatos. Pasaban los minutos, aumentaba el porcentaje de mesas escrutadas y los 3 puntos no se modificaban. Montenegro, cumplidas las 23, seguía sin aparecer.
Finalmente, prácticamente llegando al 28 de octubre, el nuevo intendente electo de General Pueyrredon apareció. Subió ovacionado por una centena de personas que aguardaban su llegada.
Transpirado, agarrado de la mano de su mujer y con la compañía de sus hijos, brindó un discurso sereno, con la certeza de que había ganado hace varias horas.
Llamó a unirse, a charlar, a pensar en el bien común del marplatense y a trabajar para tener a Mar del Plata de pie y lo más arriba posible. Luego una conferencia de prensa junto al círculo íntimo, algunos gritos de desahogo y un festejo con comida y cerveza para todos. Así el bunker cerraba sus puertas con el cartel de gran triunfo.
Así, los marplatenses escribieron una nueva página en la historia política de la ciudad y decidieron que Guillermo Tristán Montenegro sea el nuevo Intendente de General Pueyrredon.