Viandas: una buena opción pero con algunos cuidados
En el consultorio es habitual recibir de parte de los pacientes un planteo recurrente: las viandas. La temática siempre encuentra la misma respuesta de mi parte: “Cualquier opción que consideres posible para poder llevar adelante una alimentación sana y equilibrada, es válida”.
A priori, este sistema de comidas suele relacionarse con la solución para comer fuera de casa, en los trabajos, etc. Sin embargo, muchas personas hoy recurren a él dentro de sus hogares.
Ocuparse de tener una alimentación sana y adecuada es parte fundamental para cuidar la salud. Comer saludable implica, entre otros aspectos, incluir en las preparaciones variedad de alimentos que proporcionen diversos nutrientes en la ingesta.
En muchos casos, el tiempo que se le puede dedicar a la cocina no es suficiente, sobre todo para la preparación de determinados alimentos necesarios en la elaboración de algunos platos. Visto desde este ángulo, las viandas pasaron a ser también una opción para comer dentro de casa. Además del clásico “no tengo el tiempo suficiente para cocinar”, los motivos esgrimen razones en “para mí solo no voy a cocinar”, “es la porción justa”, “no como de más”, “incorporo alimentos que no cocinaría”, etc.
Cuando estas excusas se convierten en fundamentos reales y lo que se puede comprar para comer no es lo más adecuado, impidiendo incorporar platos elaborados con nutrientes sanos y variados, entonces el considerar adquirir una vianda puede ser una gran opción.
La segunda pregunta en base a este tema es: “¿qué lugar me recomendás?”. Actualmente, en el mercado hay una gran oferta bajo este sistema. Si bien no suelo recomendar ninguno en particular, sí advierto que hay algunas recomendaciones para elegir un lugar donde comprarlas, teniendo en cuenta siempre los conceptos de “saludable y equilibrado”.
“Saludable” hace referencia a que todos los nutrientes que nos vaya a aportar determinado alimento o plato favorezcan la salud, ayudando a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como enfermedades no transmisibles y trastornos. A su vez, implica que sean alimentos cuidados desde el proceso de elaboración hasta su consumo. La palabra “saludable” asociada a vianda suele interpretarse como “vianda para adelgazar” y no es así. Esto es algo que debemos recordar, ya que para tener ese objetivo de reducir peso también debería ser controlada en calorías, independientemente de ser saludable.
Por su parte, el concepto de “equilibrada” hace referencia a la cuestión calórica; la alimentación es equilibrada cuando la ingesta calórica se encuentra adaptada al gasto calórico.
Entonces, la siguiente pregunta podría ser: ¿cómo sería una vianda completa y saludable?. Para lograr este objetivo, el plato debería contener cuatro o cinco de los siguientes grupos de alimentos: verduras de todo tipo, crudas y/o cocidas; cereales, como arroz integral o yamaní, pastas integrales, avena y legumbres, como lentejas, garbanzos, porotos, arvejas; lácteos y derivados, como leche, queso (dependiendo siempre de cuál sea el menú adquirido); carnes de cualquier origen; huevo, como tal o dentro de las preparaciones; grasas de origen vegetal, como aceites de girasol alto oleico, oliva, canola o frutos secos y semillas; y cualquier clase de frutas, que pueden estar como postre o bien incluidas dentro de las preparaciones.
También deberíamos tener en cuenta a la hora de comprar una vianda el método de cocción que utilizan, donde siempre tenemos que tratar de evitar elegir aquellas preparaciones que sean fritas. Es importante notar que la adición de sal esté controlada y donde se prefieran condimentos aromáticos.
Otro punto es que los platos sean variados, ya que eso evita la monotonía y aburrimiento del consumidor. Se hace necesaria, además, una buena planificación más allá de los platos en sí, en cuanto a la rotación de los mismos. No es beneficioso que quien adquiera este servicio sepa qué comerá todos los lunes, martes, miércoles, etc. El menú deberá contar con variedad de platos y rotación de los mismos para generar mejores resultados al mediano o largo plazo.
Aunque parezca innecesario es siempre importante recordar que las viandas son seguras solo en lugares que se encuentren habilitados para tal fin. Sitios donde sabemos que existen controles bromatológicos necesarios para la manipulación y preparación de alimentos.
Lo mismo ocurre con aquellos sistemas que proponen productos con beneficios nutricionales o para dietas. Estos, deberían tener un asesoramiento profesional de nutricionistas que puedan aportar los conocimientos para tal fin.
Sumemos a estos ítems la distribución de estos envíos, con qué temperatura llegan a nuestras manos, sobre todo en épocas de mucho calor. Lo mismo con el embalaje de las mismas, cómo están empacadas y cerradas, debido a deberían contar con un proceso de sellado hermético para que se conserven nutrientes, propiedades, olores, sabores e higiene, evitando así la contaminación de los platos.
Todas estas cuestiones mencionadas nos brindan una elección responsable de los alimentos y platos que voy a ingerir y que, por cuestiones de tiempo, muchas veces no podemos hacer en casa. Entonces, justamente por este motivo, es que las exigencias y los cuidados que tendríamos nosotros en la elaboración de nuestros menús diarios, es lo que deberíamos tomar como parámetros a la hora de elegir dónde voy a hacer la compra de las viandas.
La alimentación debe ser funcional a nosotros, a nuestra salud, nuestro estilo de vida, gustos personales, economía, etc; por eso, es un muy buen primer paso tener una dieta saludable y equilibrada, y si esto es mediante la adquisición de viandas, ¡bienvenido sea!
Por Lic. Carolina Cordingley
Nutricionista (MP:2060)
@lic_cordingley
Aclaración: los conceptos vertidos de quienes opinan son absoluta responsabilidad del firmante.