Victimología como mecanismo de control
La victimológia, estudio científico de las víctimas de delitos, es una pata esencial en la política criminológica de un país.
Promovida y desarrollada por Elias Neuman en la Argentina, Méjico y España ha demostrado ser una herramienta de gran valor, para la protección de quienes han sido o pueden ser víctimas de delitos, pero también puede llegar a ser un mecanismo para que un Estado logre el “control” del grupo social que quiere dominar.
La victimologia como herramienta de control se convierte en un mecanismo oculto, oscuro, utilizado por quienes pretenden dominar a una parte de la sociedad, a través del doble temor, ya que el sistema desampara a los controlados y los expone a ser victimizados por la delincuencia o bien por el Estado que los judicializará si pretenden eludirlo.
La insólita liberación de miles de detenidos en unidades carcelarias de todo el país revictimiza a quienes sufrieron las consecuencias directas de su accionar y victimiza potencialmente a toda la sociedad, obligada a convivir con quienes deberían estar encerrados en una Unidad Carcelaria.
Asi como un ciudadano común, honesto, un trabajador, un estudiante, un anciano, será imputado por la comisión de un delito si se lo encuentra deambulando por la ciudad y no puede justificar sus movimientos.
Ese doble “control social” lo ratifica el increíble silencio del Ministerio de las mujeres, géneros y diversidad”, pese a la liberación de abusadores, violentos golpeadores o femicidas, algunos de los cuales han vuelto a reincidir en menos de 24 horas. O el rol de los Organismos de DDHH que anteponen la ideología a la humanidad y a la solidaridad, promoviendo la liberación de condenados o procesados y callando sobre la arbitrariedad del accionar represivo del Estado sobre la gente común que se desplaza en su medio.
La Argentina es un único país en el mundo que ante la pandemia ha liberado presos peligrosos y a su vez procesa a quien no se someten a un encierro no ratificado ni legislado por el Congreso. Podrán argumentarse motivos sanitarios, pseudo humanitarios o pandémicos, pero todos sucumben ante el exitoso “control social”.