Esta semana se estrenó Aquí, la nueva película de Robert Zemeckis. Y como cada vez que se estrena una película de Zemeckis recordamos la trilogía Volver al futuro (la película original cumplirá cuatro décadas este año) y nos preguntamos “¿qué le pasó?”. Es que el bueno de Robert, más allá de algún éxito como Forrest Gump, algún fracaso inmerecido como la divertidísima La muerte le sienta bien o alguna película interesante como Náufrago, no ha vuelto a realizar una producción similar, que alcance tanto el favor del público como el de la crítica, y que se convierta en un fenómeno que trascienda su propia materialidad como película.

Como recuerdan, Volver al futuro cuenta la historia del joven Marty McFly (Michael J. Fox) y su amigo, el científico Doc Brown (Christopher Lloyd), quien inventó la máquina del tiempo y la metió en un DeLorean. Por accidente, Marty termina en el pasado y debe esforzarse para lograr que sus padres se conozcan, ya que de lo contrario él terminará desapareciendo, dando lugar a una serie de paradojas temporales que son analizadas hasta el día de hoy. Y seamos honestos, hoy sería imposible contar la historia de un adolescente y un anciano teniendo aventuras en el tiempo sin que nos hiciéramos preguntas incómodas sobre esa relación. Es el cinismo de estos tiempos, sorry.

Estrenada el 3 de julio de 1985, la película fue la más taquillera de ese año en Estados Unidos y se convirtió inmediatamente en un clásico moderno. Una película con sus peculiaridades, ya que si bien hablaba del futuro, no era más que una película nostálgica (otra más) en la que se ambientaba en los años 50’s. Claramente los 50’s eran el pasado, la infancia, de los que por ese momento habían tomado el control de Hollywood, como hoy para muchos ese mismo lugar lo ocupan los 80’s.

Sin embargo, y como suele ocurrir, no todas fueron rosas desde el comienzo. Por ejemplo, el guión de Volver al futuro fue rechazado 44 veces antes de ser aprobado. Y hasta una compañía como Disney, a la que le presentaron la idea, la consideró demasiado atrevida por la subtrama en la que la madre se enamora del hijo cuando Marty viaja para salvar la relación entre sus padres.

Finalmente la película sería producida por Universal, aunque también ocurrirían algunas cosas divertidas que demuestran la tensión que rodea una producción cinematográfica de este nivel, las cuales muchas veces están a punto de naufragar. Por ejemplo, el director de la compañía por ese entonces, Sid Sheinberg, quiso cambiarle el nombre por Hombre del espacio de Plutón, por la referencia que hay dentro de la película. Steven Spielberg, productor del film, tomando a la broma esta y otras sugerencias de Sheinberg, fue quien logró que se mantuviera el nombre de Volver al futuro. Realmente… ¿alguien recordaría hoy Hombre del espacio de Plutón?

Tal vez la anécdota más divertida de Volver al futuro es la que tiene que ver con el protagonista. Si bien Michael J. Fox fue la primera opción, estaba grabando la exitosa sitcom Lazos familiares y su agenda estaba muy comprometida. Su reemplazo fue Eric Stoltz, quien rodó un porcentaje importante de Volver al futuro (de hecho algunos cortes se pueden ver buceando en la red) y decididamente no entregaba lo que la película necesitaba: en vez de una comedia de aventuras y ciencia ficción, Stoltz convertía la historia en el drama de un joven perdido en el tiempo. Fue, otra vez, Spielberg quien decidió despedir a Stoltz, contratar a Fox y refilmar todas las escenas, aunque eso le costara casi 4.000.000 de dólares extra a la producción.

Finalmente Fox acomodó su agenda. Bueno, acomodar la agenda significó que el actor rodaba la película cuando salía de la filmación de la sitcom y dormía apenas cinco horas por día, cuando podía... No importa, hoy Fox es una celebridad gracias a esta película que atravesó generaciones y nadie recuerda aquella sitcom. Un detalle.

La fuerza de los personajes y la relación entre ellos con sus intérpretes es tan fuerte, que aún hoy se reúnen en convenciones con fans y cada encuentro genera revuelo en redes sociales. Por ejemplo en uno de estos encuentros, Fox contó que todavía lo llaman McFly por las calles. Hasta una vez que estaba en una selva remota del sur de Asia y un grupo de monjes budistas pasó junto a él y uno de ellos le gritó “¡Marty McFly!”.

Volver al futuro es uno de esos raros ejemplos en los que sus intérpretes se sienten orgullosos del trabajo realizado y no tienen problemas en que la gente los encasille, ya que lograron continuar con sus carreras. Pero la película es un evento, aparece en remeras y en tatuajes, y es constantemente vista en la televisión por cable o subida al catálogo de las plataformas. De hecho Christopher Lloyd aseguró en una entrevista que cada vez que se cruza con la película en la televisión, a menudo se sienta a verla.

Obviamente cada vez que el elenco se reúne, los fans piden una nueva entrega. Si hasta el mismísimo Lloyd aseguró que siempre quiso hacer una película más, en la que Marty y Doc viajaran a la Antigua Roma. Pero no teman aquellos puristas de conservar lo que bien ha cerrado: tanto el director Robert Zemeckis como su coguionista Bob Gale son los dueños de los derechos y han confirmado que no autorizarán ningún reboot o remake de la película mientras estén vivos. Es que está claro, a donde vamos… ¡no necesitamos secuelas!

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AUTOR

Mex Faliero

Periodista, crítico de cine @mexfaliero

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