“Walk Hard: the Dewey Cox story”, la mejor biografía musical de todos los tiempos es falsa
La película protagonizada por John C. Reilly es una de las mejores comedias del Siglo XXI. Una parodia a las biopics, que toma por asalto tanto al cine como a la música del siglo pasado.
El estreno de Un completo desconocido de James Mangold, una película que cuenta los inicios de Bob Dylan, nos devuelve la atención sobre ese subgénero cinematográfico de las biografías musicales, que a esta altura ya son todo un lugar común con sus clichés. Además, nos recuerda cómo los premios aman este tipo de películas pero, sobre todo, el trabajo mimético de intérpretes que se ponen a imitar al famoso: aquí Timothée Chalamet copiando el tono de la voz, gestos corporales. Pero deben saber que la mejor biografía musical de todos los tiempos se llama Walk Hard: the Dewey Cox story. Y deben saber otra cosa: es absolutamente falsa.
Walk Hard: the Dewey Cox story es una comedia estrenada el 21 de diciembre de 2007, producida por el Rey Midas de la comedia de ese momento, Judd Apatow, dirigida por Jake Kasdan y protagonizada por John C. Reilly. Tal vez muchos no la recuerdan a pesar de ser una de las mejores comedias del Siglo XXI y en parte eso se deba a que fue un rotundo fracaso: sobre un presupuesto de 35 millones de dólares recaudó apenas 18 millones. Hoy es vista como una película de culto.
Dentro de la comedia, Walk Hard: the Dewey Cox story se inscribe en el subgénero de la parodia, ya que su trama es una burla absoluta a Johnny & June: pasión y locura, no casualmente dirigida por el mismísimo Mangold. Aquí Joaquin Phoenix interpretaba a Johnny Cash y Reese Witherspoon a June Carter, quien luego se ganaría el Oscar a la Mejor Actriz por esta actuación. Phoenix lo perdería con Philip Seymour Hoffman por hacer de Truman Capote, otra imitación. Como decíamos, a los premios les encanta la mímesis.
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Pero volvamos a Walk Hard: the Dewey Cox story, que aparte de ser una comedia muy graciosa llena de chistes geniales, es dueña de una gran erudición musical al incorporar tanto referencias directas a diversos músicos, como a géneros musicales, o de hacer que lo musical se apropie directamente de su recorrido narrativo. Así como se basa principalmente en Johnny Cash, imita elementos de la vida de celebridades como Roy Orbison, Bob Dylan, Ray Charles, Jerry Lee Lewis, John Lennon, Jim Morrison, Brian Wilson y la lista sigue.
El film de Kasdan se nutre de los elementos característicos de las biografías musicales, esa noción torpemente abarcativa de querer recorrer toda una vida del personaje en cuestión, mostrando todos los lugares comunes que se pueden conocer leyendo la página de Wikipedia del homenajeado. Y lleva esa idea al extremo y hasta su mismísimo final, que no vamos a revelar aquí, pero que es un chiste perfecto en sí mismo.
Walk Hard: the Dewey Cox story muestra cómo un joven Dewey Cox corta accidentalmente a su hermano por la mitad con un machete, desarrollando de esa manera el camino trágico del personaje, que no podrá recuperarse nunca más de ese evento. De hecho, esa tragedia le provoca una crisis personal: la pérdida absoluta del olfato.
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Como tiene que ser, el pobre Dewey tiene una relación tensa con su padre, que lo culpa de todo y, especialmente, culpa a su música diabólica. De hecho, cuando pega el primer hit de su carrera, su madre muere ridículamente mientras baila ese tema y nuevamente su padre le echa la culpa. Es el comienzo del camino de Dewey Cox, que atravesará obviamente los conflictos amorosos, su adicción exagerada a las drogas (el personaje de Tim Meadows, que hace de quien lo introduce en el consumo, es notable) y sus reinvenciones musicales constantes, con elementos que parodian registros musicales de Elvis, la canción de protesta a lo Dylan, el artificio a lo Bowie o la experimentación sonora a lo Brian Wilson. Y hay un largo etcétera, porque la película es una acumulación de referencias a la música del Siglo XX, sin olvidarse nunca de ser cómica. Ya vaya si lo es.
Uno de esos grandes chistes que la película patentó es la forma de retratar a los personajes famosos que aparecen. En ocasiones, en las biopics reales, cuando aparece alguien interpretando, no sé, a Elvis Presley, se usan dos recursos: o el propio personaje se introduce ridículamente mencionando su propio nombre, o alguien se lo pregunta para que diga “soy Elvis Presley” o se pone un sobreimpreso diciendo “Elvis Presley, cantante”. En Walk Hard: the Dewey Cox story eso se resuelve de la manera más explícita posible, con los personajes llamándose por su nombre completo, como en la delirante escena en la que Paul Rudd interpreta a John Lennon, Jack Black a Paul McCartney, Justin Long a George Harrison y Jason Schwartzman a Ringo Starr. Lennon le dice a Paul “Paul McCartney”, remarcando cada letra para que quede claro. Y la película se da algunos otros lujos, como que Jack White de The White Stripes interprete al Elvis Presley más estereotipado de la historia.
Como decíamos, Walk Hard: the Dewey Cox story fue un absoluto fracaso en la taquilla y tal vez la película que le terminó de confirmar al gran John C. Reilly que lo suyo seguirían siendo los personajes de reparto (por entonces formaría una gran dupla con Will Ferrell), pero nunca los protagónicos. Y es una verdadera injusticia, ya que la suya es una gran actuación. Incluso, canta todas las canciones de la película (de más está decir que la banda sonora de canciones apócrifas es excelente) y tocó la guitarra en la mayoría. Pero a los que entregan premios no les importó. Tal vez se deba a que Dewey Cox nunca existió y no había forma de celebrar cuán mimética era la interpretación.
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