La autopsia a Pérez Volpin reveló una perforación en el esófago
Una perforación en el esófago combinada con el suministro de aire, durante la práctica de la endoscopía o en las maniobras de reanimación, resultaron factores decisivos en la muerte de Débora Pérez Volpin. Esto se desprende del informe definitivo de la autopsia.
Según esa información, el estudio de anatomía patológica practicado sobre el cuerpo de la periodista confirma una perforación en el esófago a cinco centímetros del hueso hioides.
Se entiende que fue a través de esa perforación que el aire, proveniente del endoscopio o de otra fuente usada en maniobras de reanimación, provocó un enfisema subcutáneo, es decir, la penetración de aire en los tejidos subcutáneos. El aire, también llegó al tórax y a la cavidad peritonea.
Según indicó Clarín, fuentes del caso señalaron que ahora se deberá investigar una posible "cadena de errores médicos" que podrían haberse iniciado incluso antes de que la legisladora porteña quedara internada en el sanatorio de la Trinidad de Palermo.
Este martes se supo que el juez de la causa que investiga la muerte de Pérez Volpin, Gabriel Omar Ghirlanda, había renunciado a su cargo como juez subrogante al frente del juzgado Criminal y Correccional N° 57 y, por lo tanto, a la causa que investiga la muerte de la periodista.