"El dormitorio de los Kirchner estaba repleto de bolsos con dinero"
Claudio Uberti, ex titular del Organismo de Control de las Concesiones Viales, que se declaró arrepentido en la causa de las coimas, contó aspectos hasta hoy desconocidos del esquema de recaudación. Aseguró que Cristina Kirchner estaba al tanto de todo y repasó anécdotas increíbles que describen cómo se manejó el poder en la Argentina durante doce años.
"Yo le llevaba a Néstor Kirchner bolsos con el dinero que recaudaba de las concesionarias viales que estaban bajo mi órbita. Las entregas se hacían en el despacho presidencial de la Casa Rosada o en la Quinta de Olivos. También hubo entregas en el domicilio de De Vido", introdujo el ex funcionario arrepentido.
Pese a estar en el banquillo de los acusados, el caso de los cuadernos de Oscar Centeno y la citación de la Justicia se transformó para Claudio Uberti en la oportunidad soñada para relatar el "suplicio" –según sus palabras– que vivió como funcionario del gobierno Néstor Kirchner. También para describir con puntillosos detalles uno de los esquemas de recaudación de dinero negro que estuvo vigente durante los años en los que estuvo a cargo del Órgano de Control de las Concesiones Viales (OCCOVI).
Y, sin dudarlo, ratificó una sospecha que tenían los investigadores pero que hasta ahora no habían podido escuchar de la boca de ningún otro arrepentido. "Cristina Kirchner estuvo presente varias veces en las que yo fui a dejar los bolsos, ella sabía todo lo que se hacía", dijo. La confesión rompió un pacto no escrito que hasta ahora nadie se había animado a quebrar.
Todo empezó con un enojo de Kirchner. "El Malo", según se lo conocía en los círculos de poder. Una tarde le hizo un planteo porque su área, las concesiones viales, no contemplaba un circuito de recaudación ilegal de dinero. Días después de esa primera discusión, llegó su jefe directo con instrucciones.
"El encargado de comunicarme mis tareas fue el ministro de Planificación, Julio De Vido. Me explicó qué había que hacer e incluso me fijó una meta que con el tiempo quedó desdibujada porque nada alcanzaba para satisfacer a "El Malo". Debía recaudar USD 150 mil por mes de cada una de las empresas concesionarias que estaban en mi área", contó.
Tenían que ser dólares, sin excepción. La rigidez de ese principio lo entendió un día en el despacho presidencial cuando llegó con la recaudación del día a ver a Néstor Kirchner. "Le entregué el bolso y le conté que una empresa había aportado solamente pesos; explotó, su ira fue tal que empezó a pegarle patadas al bolso y volaron los pesos por todo el despacho", recordó. "El Malo tenía esos modales", dijo.
Uberti contó además, que las agresiones físicas eran comunes: "Me maltrataban mucho. Un día, Néstor Kirchner repentinamente se dio vuelta en un avión en el que viajábamos los dos y me pegó sin ninguna razón aparente".
En tiempos donde el matrimonio vivía en la Quinta Presidencial de Olivos y pasaban poco por el domicilio de Recoleta, que se había transformado en una suerte de búnker, Uberti detalló: "Un día llegué con 10 millones de dólares. No estaban Néstor ni Cristina, entonces pedí conocer el dormitorio. Pero no se podía pasar. Estaba repleto de valijas, bolsos y mochilas con billetes".
También mencionó a Techint, una firma que –según declaró– pagó coimas por 50 mil dólares. La semana pasada, cuando Alejandro Vandenbroele gambeteó la cárcel por sus aportes al caso Ciccone, le mostró el camino al Club de los Arrepentidos al que ingresó ahora Uberti.
Fuente: Infobae.