"Hubo un trabajo incesante para mapear la ruta del dinero corrupto"
Desde la Unidad de Información Financiera (UIF) resaltaron los avances que se lograron a partir del trabajo en conjunto con integrantes de la Fiscalía Federal de Mar del Plata para precisar la cantidad de propiedades adquiridas en Estados Unidos con dinero de la corrupción por el ex secretario de los Kirchner, Daniel Muñoz, a través de sus presuntos testaferros Sergio Todisco y Elizabeth Municoy, dos reconocidos empresarios de la ciudad. Este fin de semana, por este caso, fueron detenidos por la Policía Federal, primero, Municoy y, unas horas más tarde, Todisco, tras las disposiciones del Juez Claudio Bonadio.
Mariano Federici, quien se desempeña como titular de la UIF, destacó en una primera instancia la importancia del "trabajo periodístico" para obtener nuevos datos en la pesquisa, al destacar la labor que llevó adelante el diario Miami Herald, el medio que reveló las inconsistencias de los marplatenses apuntados por la Justicia por tener empresas offshore y millonarios negocios inmobiliarios.
"Siempre es un complemento muy importante en todas estas investigaciones y ayuda a tomar consciencia de la dimensión y magnitud de lo que representa esta amenaza a la integridad de nuestro sistema económico", reflexionó, en un mano a mano que mantuvo con El Marplatense.
El funcionario también ponderó la información que fue aportada en 2015 al organismo por el representante del Ministerio Público Fiscal, Juan Manuel Pettigiani, a partir de las irregularidades que se sospechaban en el patrimonio de los empresarios locales. "Se ha trabajado de manera incesante por tratar de recopilar la mayor cantidad de datos posibles que permitieran mapear la ruta del dinero que siguió la corrupción de Daniel Muñoz y su entorno y los bienes que fueron adquiridos por esa organización en territorio americano", aseguró.
"Una de las finalidades concretas que tenían esos movimientos era la corrupción, el beneficio y el enriquecimiento propio de Muñoz, su entorno y las personas que debía responder Muñoz", afirmó.
Federici dijo que la "estrecha cooperación" con autoridades norteamericanas permitió poner "sobre blanco y negro" todo la ruta del dinero, para lograr así "identificar todos los bienes adquiridos", con las correspondientes sociedades y transferencias bancarias que fueron utilizadas en las maniobras ilícitas.
"El entramado se ve complementado por la información que surge de los cuadernos, donde ponen a Daniel Muñoz como figura central en lo que fue la recepción y colección de los sobornos; este dato fue clave porque estaba confirmado que Muñoz manejaba grandes volúmenes de dinero en efectivo, haciendo mover bolsos, pero lo que faltaba era el delito precedente que pudiera haber estado detraes de esos movimientos", explicó.
En este sentido, el máximo responsable de la UIF dijo que la causa de los "cuadernos de las coimas" permite "evidenciar" que las finalidades concretas de esos movimientos era la "corrupción" y el "beneficio y enriquecimiento" del ex secretario de los Kirchner, sus entorno y las personas a las que debía responder.
Este jueves, se conoció un fallo de la Cámara Federal en el que se fija el congelamiento de cuentas bancarias en los EE.UU. y bienes por 65 millones de dólares del ex secretario privado de Néstor y Cristina Kirchner, Daniel Muñoz, y el llamado a indagatoria y detención de su viuda, Carolina Pochetti, y de Todisco y Municoy.
En el dictamen, el tribunal sostuvo que los elementos de la causa, a partir de un informe de la UIF, que dirigen Mariano Federici y María Eugenia Talerico, permiten sospechar que los imputados “habían conformado una estructura jurídica, societaria y bancaria en la Argentina y en el extranjero, con el fin de canalizar convertir, transferir, administrar, vender, disimular y/o poner en circulación en el mercado fondos de procedencia ilícita, presumiblemente originados en hechos de corrupción sistemática y organizada” en la causa de los cuadernos de las coimas”.
Según el fiscal Stornelli, los documentos enviados por el Departamento de Justicia de los EEUU mostraban que se habían aplicado esos fondos en la adquisición de dieciséis bienes inmuebles en Nueva York y Miami.