Caso Bustamante: "Todavía es posible aclarar el crimen de su hijo"
La fiscal Florencia Salas confió que todavía es "posible aclarar" el asesinato de Gastón Bustamante, ocurrido en noviembre de 2011, después de haber avanzado con la detención de su mamá, Verónica González, quien está acusada de haber matado a fines de la semana pasada a su esposo, Carlos.
En declaraciones a la prensa, la representante del Ministerio Público Fiscal se refirió al estado de la investigación por el crimen del hombre de 60 años que se gestó en Miramar y dijo que aún se encuentra a la espera del informe final de autopsia que se le practicó al cuerpo en las últimas horas.
"Sólo tuve un informe preliminar. Lo que podemos decir por ahora es que había muchas lesiones en el cuerpo. Necesitamos también las fotografías y todo lo que viene de la mano de la autopsia y que es de gran importancia", dijo, y consideró: "La autopsia va hablar mucho de la autoría".
Salas reconoció que será dificultoso establecer con precisión "el tiempo en el que se produjeron las lesiones" pero sostuvo que, de acuerdo a las características del hallazgo, se puede sospechar que "hubo dos momentos de agresión". "Había sangre seca en su rostro y sangre húmeda. Esto nos habla que hubo dos momentos de agresión, sumado a que tanto en la habitación como en el living había sangre", remarcó.
Pese a los trabajos periciales que se hicieron en el lugar, la Justicia todavía no pudo dar con el arma que habría sido utilizada por González, que este martes por la mañana deberá someterse a declaración indagatoria. En este sentido, la funcionaria se inclinó por la hipótesis de que "fue golpeado con un elemento contundente con punta".
En este marco, Salas no evitó referirse a lo que fue el crimen de su hijo que tuvo años atrás y dijo que por ahora la única circunstancia coincidente es que "son dos hechos violentos que pasaron dentro de la misma vivienda". "Yo no intervine en esa causa; hay circunstancias particulares del homicidio de Gastón que desconozco y que me pondré a estudiar en lo inmediato", adelantó.
"Yo creo que todavía es posible aclarar es crimen pero no podemos decir a ciencia cierta que fue ella. Hay que probarlo. Tenemos que ser cautos", mencionó, ante las sospechas que ahora recaen sobre Verónica González, y aclaró: "Hoy estamos investigando el crimen de Carlos".
Por otra parte, pese a las patologías psiquiátricas que tiene la mujer de 53 años, la fiscal descartó "desde todo punto de vista" que se pueda plantear un marco de "inimputabilidad" para con la presunta homicida. "Acá no hay arma y la escena del crimen estaba alterada, así que no se puede hablar de eso", fundamentó, y concluyó: "Hoy entiendo que lo que tenemos es suficiente como para mantener el encierro de González".
SIETE AÑOS DE IMPUNIDAD
Fue la mañana del 21 de noviembre de 2011. “Andá tranquila ma, que yo te llamo”, le dijo Gastón a Verónica, según su testimonio. El chico había cumplido 12 años y ya se podía quedar solo. Ella, entonces, salió de su casa para comprar unos plantines para una clienta en el vivero de Miramar.
Ese día, el chico tendría que haber ido a la escuela, pero la noche anterior había festejado su cumpleaños, se había dormido tarde y quería quedarse un rato más en la cama. Su madre lo consintió, pero ella tenía sus obligaciones. Era la primera vez que lo dejaba solo en su casa.
Verónica tardó menos de una hora en regresar y fue quien encontró a su hijo muerto en su cuarto: estaba en el piso, tenía una media en el cuello y una almohada en la cara. Su asesino lo había golpeado, estrangulado y asfixiado.
Según la investigación, el asesino robó 300 pesos y también quiso llevarse una TV que trasladó del cuarto matrimonial a la cocina, pero al final quedó en la casa. Sólo que dejó en la pantalla una huella de arrastre, la huella de quien hasta hoy es el principal sospechoso: el cuñado de Gastón, Julián Ramón.
Según consta en el requerimiento de elevación a juicio contra el cuñado de Gastón, “Ramón lo asesinó para que no lo delate, porque no quería perder a su novia”. Y lo que lo motivó a entrar a la casa fue un robo: buscaba la plata que Carlos tenía escondida para depositar en un plazo fijo. Pero sólo halló 300 pesos.
Ese día, los ingresos de la casa no fueron forzados, los perros tampoco ladraron y a Gastón lo atacaron en su cuarto, en su cama. El crimen sigue impune. Ramón fue sobreseído en todas las instancias y el expediente llegó a la Corte Suprema, que debe definir si se realizará un juicio.
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