Liga de Compradores: "Ni siquiera sabíamos quiénes éramos los propietarios"
Luego de 26 allanamientos, 4 personas fueron detenidas y más de 30 personas fueron acusadas de integrar la banda conocida como "La Liga de los Compradores", dedicada a adulterar sistemáticamente subastas judiciales durante años mediante operaciones que superaron los cien millones de pesos y los 270 mil dólares, informaron fuentes de la investigación.
La organización se dedicaba a la "alteración de subastas judiciales para la obtención de beneficios económicos", y entre enero de 2013 y octubre de 2018 logró que las ofertas de sus distintos miembros se impusieran en 324 remates, sobre 510 realizados en ese período.
Uno de los tantos protagonistas es Adolfo Salminci compró una vivienda en el edificio Semar XI, ubicado en Brown y Arenales, que cuenta con 281 departamentos, 175 cocheras y 11 locales. Y en 2007 se quedó con la administración del edificio.
Graciela Cano es propietaria de uno de esos 281 departamentos y una de las denunciantes de todas las irregularidades que había desde que Salminci y su familia habían "tomado" el complejo habitacional.
"Estuvimos con un problema de hace mucho tiempo tratando que la Justicia conozca los pormenores de las demandas de tantos años. Se hizo una investigación a fondo y se descubrió todo para la remoción de la administración Salminci", le contó la mujer a El Marplatense.
Y agregó: "en todo esto tiene que ver mucho un abogado, Esteban Fraile, quien investigó y demostró lo que estaba sucediendo, y allí se sacó a la luz que esta persona y su familia compraban cocheras para cometer ilícitos".
"En el 2014 empecé con las denuncias. En la Justicia hay que mostrar y demostrar. Luego debe investigarse, comprobarse y se llegó al final", señaló una de las propietarias.
En cuanto al proceder de esta organización, Cano detalló que "no teníamos noción que estábamos en un edificio, donde ni siquiera sabíamos quiénes éramos los propietarios. Porque él nunca entregó un listado fehaciente de quienes eramos dueños. Entonces ocupaban cocheras de personas fallecidas o que habían vendido y como no querían que salte la gran cantidad de bienes, las ocupaban pero las dejaban a nombre del dueño anterior. Así se fueron quedando con las cocheras, algunos departamentos y querían quedarse con todo el edificio".
Uno de los casos que tomó conocimiento Cano fue utilizado como ejemplo del proceder: "Cuando empecé a notar esto, a personas mayores que pagaban puntualmente, no debían nada, les arrebataron un departamento. Se lo remataron cuando no debían un sólo peso. Y se enteraron cuando desalojaron a la inquilina".
"Empezamos a tomar aire fresco, porque veníamos de contar con un administrador, que nos vigilaba con las cámaras para ver que no tuviéramos vinculación entre los propietarios. Divide y reinarás, eso hacía", manifestó con alivio.