¿Qué provocó el "brote psicótico" del parricida de Pinos de Anchorena?
Según informaron extraoficialmente, Uriel Tapia iba a ser internado por su adicción a las drogas. Se enteró y entró en cólera: ahí se desató el horror en el barrio Pinos de Anchorena de Mar del Plata.
El parricida tuvo un altercado el día anterior con la pareja de una de sus tías, que sin mediar palabras lo atacó y le fracturó el pómulo, por lo que fue hospitalizado.
Durante el miércoles de terror, el joven desconectó los teléfonos de la vivienda y con un cuchillo de cocina acorraló a la pareja de su abuelo en el patio, les asestó un par de cuchillazos, pero la mujer logró escapar hacia la casa de un vecino y desde ahí llamó al 911.
En medio de esta situación, Corina, madre de Uriel, intenta detenerlo y este la asesina. Y, en ese instante, el abuelo que había ido a buscar al perro, ingresa a la casa y también lo acuchilla.
Según informaron a El Marplatense desde el entorno del doble homicida, un niño de 5 años, primo de Uriel Tapia, fue testigo del horror. Sin embargo, el día del hecho, un vecino le había indicado también a este medio que en el interior de la vivienda había un niño de 10 años, también hijo de Corina.
Composición de la familia
La primera mujer atacada no es abuela de Uriel Tapia, sino la pareja de su abuelo, con quien tuvo hijas, por ende hermanas de Corina y tías del parricida. El hijo de una de ellas fue testigo de los hechos y al único integrante de la familia que estaba en la casa al que el joven no atacó.