Elecciones 2019: ¿Cómo funcionó Smartmatic?
Smartmatic, luego de varias controversias en la previa de las PASO, tuvo su debut en Argentina el último domingo. Fue el primer conteo oficial de votos, que no tiene validez legal, pero son los primeros resultados que se presentan horas después de terminada la votación. El software que propone el Gobierno permitirá que los telegramas se manden vía digital desde las escuelas a los centros de cómputos, sin pasar por las oficinas del Correo de todo el país, como se hizo hasta ahora.
La oposición advirtió sobre una posible manipulación del resultado y se temía una deslegitimización de la elección si el software no se puede auditar. Por tal razón, días antes de las elecciones, la Cámara Nacional Electoral, por medio del cual intimaba a la Dirección Nacional Electoral (DINE) a que “proceda a dar inmediato cumplimiento” a la entrega del programa de Smartmatic que se utilizará en el escrutinio provisorio para que sea auditado por los partidos políticos.
Ahora, con los resultados reinantes, Smartmatic pasó al olvido. Es decir, no se puso siquiera en duda en ningún momento su funcionamiento dada la diferencia. “No fue un problema porque hubo una distancia grande, si hubiera sido una diferencia menor habría habido problemas o quejas”, hizo la referencia a El Marplatense, Santiago Trigo, ingeniero informático, experto en seguridad y perito.
Y sobre el funcionamiento general del software, el especialista sostuvo que “la transmisión de telegramas, en la mayoría de los casos, se dio bien. El problema estuvo en que los fiscales tenían acceso para controlar los telegramas que iban llegando y cómo se iban contabilizando. El sistema que tuvo fallas fue ese, el de acceso a los fiscales electrónicos. Se cayó el sistema, estuvieron 30 minutos y luego no podían chequear esos telegramas. Smartmatic pudo hacer el conteo, pero lo que no se pudo garantizar fue la tarea de los fiscales, porque este sistema funcionó mal. En un momento determinado Smartmatic le dio de baja porque, o seguía contando los telegramas o le daba acceso a los fiscales, de lo contrario el sistema colapsaba y eso iba a hacer un caos”. Y subrayó: “El conteo anduvo, pero los fiscales no tuvieron acceso a ver cómo esos telegramas llegaban. Entonces, en líneas generales, el sistema anduvo más o menos”.
Se hizo mucho hincapié en la tardanza de los primeros datos, justamente cuando el software se implementó para la celeridad de los mismos y en la espera comenzaron las primeras críticas, argumentando que el sistema se había caído y no se cargaban los datos. Ante esta situación, Santiago Trigo explicó que “la jueza Servini dijo que no se podían publicar los resultados hasta que se cumpliera el 10% de Buenos Aires, Santa fe y Córdoba. El Gobierno argumentó que tenía el 8% y por eso no se podían dar los datos hasta las 22.30. Cuando se publicaron, la Provincia tenía un 30% escrutado, por lo que es raro por qué se tardó tanto en los resultados”.
Una cuestión que pasó por alto, pero que incluso previamente el ingenierio había comentado a este medio, fue el tema de la seguridad de este sistema. Cuestión que Trigo reiteró al confiar que “cuando el telegrama se transmitía desde las escuelas hacia el centro de escrutinio, además del archivo TIFF viajaba otro que verificaba el telegrama. Ese daba un código alfanumérico que identifica inequívocamente al archivo. El algoritmo que se utilizó fue MD5, que es débil y a nivel global está reportado que puede generar colisiones. Esto quiere decir que existía la posibilidad de generar dos archivos y que den el mismo código. A nivel criptográfico no se usa, a nivel integridad no lo veo tan mal que se use, pero sí es cuestionable. Podrían haber usado un algoritmo más fuerte para no dar lugar a esta posible queja”.