Perdió todo en el incendio de Torres y Liva y casi sufre otra tragedia
La filtración de agua por un caño aparentemente roto casi vuelve a generar una tragedia para Liz Benítez y su familia, una de las damnificadas por el voraz incendio en la distribuidora Torres y Liva ocurrido el 15 de diciembre del año pasado. Es que en su nueva casa, que alquila, hubo un desprendimiento del techo que cayó sobre la cabeza de uno de sus hijos, que debió ser hospitalizado.
"Hubo una pérdida de agua un día y el propietario se estaba ocupando. De hecho, me comuniqué con la persona que se encarga de resolver el tema porque se había desprendido la pintura y se encargó de sacar todo lo que estaba en esas condiciones para que no suceda lo que terminó pasando el domingo", comenzó la mujer en diálogo con El Marplatense.
"A las 5 de la mañana, una parte del techo del antebaño se desprendió. Me comuniqué con mi trabajo y estaba tratando de ubicar al encargado de los arreglos, pero en ese periodo, mi hijo mayor ingresa al baño y se termina por caer toda la estructura sobre su cabeza y perdió el conocimiento. Intenté abrir la puerta, pero no podía y seguían cayendo cosas. No solo fue el yeso, sino también parte de la losa", detalló Benítez.
Y paralelamente recordó lo ocurrido hace 9 meses atrás: "Estoy con psicólogos, psiquiatras por el shock post traumático por el incendio de nuestro otro departamento aquel 15 de diciembre. Y ahora se suma esto. Uno se queda traumado, tan sensible. Estamos cerca de bomberos y cuando escuchamos las sirenas, nos asustamos".
Respecto al hijo golpeado por la losa, la mujer aseguró que está fuera de peligro, le hicieron los estudios en la Clínica Colón y no hay fracturas. "A mi hijo lo sacaron del baño y tratando de que me hable, porque se me quedaba mirando y no respondía", referenció Benítez.