Plaza Rocha: "Tratamos de ser pacientes y tolerantes, pero el hambre urge"
Las 500 familias que subsisten gracias a la compra y venta de artículos usados, están desesperados ante la falta de un sustento que les permita alimentarse. Tal es la situación que ya en abril algunos puesteros salieron a vender a alguna esquina de la ciudad y se evaluaba la posibilidad de instalarse en la plaza aún sin el permiso.
Los feriantes de Plaza Rocha han sido desalojados, corridos, envueltos en cruces con Inspección General en la pasada gestión de General Pueyrredón. En El Marplatense se han reflejado esos conflictos, también las actividades que se desarrollan y el significado que tiene para ellos lograr subsistir a partir de la venta diaria de elementos usados.
Pero esta crisis es más grande. No sólo porque están envueltos en la cuarentena y no pueden trabajar para llevar "la diaria" a sus casas, sino que además no cuentan con planes sociales y, lo que es peor aún, que cuando se levante el aislamiento social, preventivo y obligatorio, serán los últimos en retomar la actividad junto a restaurantes, cines, teatros y shoppings.
Se ha presentado un protocolo en mayo, sobre el cual no tuvieron respuestas. Ya con tres meses imposibilitados, la situacioón se les torna insostenible. "Estuvimos en comunicación con Francisco Taberna y gente de la municipalidad, que nos informa sobre la creación de una comisión especial que trata a diario la apertura de actividades. Ante lo que nosotros les dijimos que estamos necesitados de trabajo, que somos trabajadores informales, no contamos con ningún tipo de subsidio", explicó Vanesa Córdoba, referente de los feriantes.
"Nos van a tener en cuenta, pero la reapertura se está haciendo de a poco con determinados protocolos. Creemos que es el momento de insistir un poco más al municipio que cuenta con la facultad de poder permitirnos volver a la actividad. Los compañeros ya no dan más, tienen una necesidad terrible y ya no se priorizan pagar servicios ni impuestos sino comer. Cada vez es más difícil llevar el plato de comida a nuestras casas", resaltó.
Pero el mensaje de Córdoba es terminante, crudo: "Estamos viviendo una situación complicada como muchos argentinos, pero estamos desesperados. No sabemos qué más hacer. Tratamos de ser pacientes y tolerantes, pero el hambre urge".
"No hay alimentos de Desarrollo Social, no hay ningún tipo de ayuda, por lo que esperamos volver cuanto antes para retomar nuestra actividad", cerró la feriante esperanzada.