La victoria de la clandestinidad
Por Lucía Falchini
Un año antes
Después de la maratónica sesión en la Cámara de Diputados, donde se aprobó el proyecto de la Interrupción Legal del Embarazo por 129 votos a favor, 125 en contra y 1 abstención, el 8 de agosto de 2018 pasó a la Cámara Alta y no prosperó.
Los ojos del mundo estaban puestos en nuestro Congreso. El mundo era testigo del reclamo, postergado, que buscaba el reconocimiento del derecho al aborto legal.
La fuerte puja de los legisladores que representan a provincias conservadoras, más la presión de instituciones religiosas, taparon el grito de auxilio de mujeres que hoy siguen muriendo en las sombras.
El 8 de agosto de 2018 no fue un gol de Maradona a los ingleses. El 8 de agosto de 2018 fue ver como nuestros representantes nos daban la espalda, una vez más, y nos volvían a convertir en presas de la clandestinidad.
Sin embargo, a pesar de la derrota, se pudo dar visibilidad a las pequeñas historias que replicaban el poder y control que ejercen sobre nuestros cuerpos. La realidad, la información y la unión feminista, dejaban en evidencia la necesidad.
Un año después
Hoy, 8 de agosto de 2019 y a días de las PASO, tras las elecciones generales de octubre se renovarán parcialmente dos Cámaras del Congreso de la Nación. Quienes resulten elegidos tendrán la responsabilidad institucional de debatir el proyecto de ley de la IVE presentado el 28 de mayo pasado; y el poder para el reconocimiento de este derecho lo tenemos en nuestro voto.
"¿Vamos a votar a candidatos/as que se negaron a reconocer un derecho y sancionar una política pública que salvará vidas desde el momento de su implementación? ¿Vamos a votar a quienes nos dicen "asesinas" mientras mujeres, lesbianas, bisexuales y varones trans siguen abortando en clandestinidad? ¿Vamos a votar a quienes se oponen a la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral en las escuelas? ¿O a quienes se oponen a garantizar el acceso a la Interrupción Legal del Embarazo para quienes fueron violadas? Votar un Congreso para la ampliación de derechos será el verdadero festejo", plantearon desde la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
"Salvemos las dos Vidas" sigue sonando como una falacia cuando nos enteramos que una mujer muere por practicarse un aborto con una percha o un perejil, sola, sin formar parte de los datos oficiales porque nadie la salvó. El aborto legal es vida, para que no mueran las más jóvenes y el aborto legal es justicia social, para que no vayan presas las más pobres.
El avance es imparable. Si no es hoy será mañana, de eso no hay dudas. El dolor es que, durante el tránsito del camino hasta la legalización, las muertes seguirán ocurriendo. Mientras tanto la lucha continúa, hasta que sea ley.