Punta Mogotes: al mes de la tragedia, sigue la búsqueda de respuestas
Lo que todavía se busca en la zona comercial de Punta Mogotes son respuestas. Pero ya no se le piden respuestas al destino, tal como sucedía en las primeras horas posteriores a la pérdida inexplicable de Agustina Ferro, de 35 años, y su hija India Luzardi, de 3, tras sufrir el derrumbe repentino de una serie de balcones. No: las respuestas que buscan algunos comerciantes del sector, al cumplirse este martes un mes de la tragedia, deben encontrar su voz en el Municipio y otras autoridades. Porque la incertidumbre, según sostienen, sigue tan presente como la angustia que sobrevuela la esquina fatídica de Acevedo y Puán.
Algunos tardaron más, otros menos, pero lo cierto es que el derrumbe de los balcones también tuvo un impacto directo para la actividad de los comercios aledaños a la edificación que todavía sigue con su acceso restringido, a la espera de que se emitan los informes técnicos que brinden precisiones sobre el estado de la infraestructura del lugar.
Es que, a la brevedad, debe procederse con la demolición de otro sector del edificio que pudo soportar el simbronazo de la trágica tarde del 29 de diciembre. La diligencia, con motivo del período de feria judicial que finaliza el 31 de enero, se retrasó pero su realización ya toma un carácter "urgente", teniendo en cuenta el riesgo que implica para la zona, según había advertido Martín Bernat, el abogado que defiende a Jorge Bianchi, el administrador del consorcio.
Uno de las consecuencias más extremas la vive un veterinario del lugar. Se trata de Alejandro Terragni, quien le aseguró a El Marplatense que su situación "está igual que el día en que se cayeron los balcones". "Seguimos sin tener respuesta del Municipio. Todavía no se dieron los informes de infraestructura para saber si continúa el peligro de derrumbe y que nos garantice que podemos habitar el lugar. Nos sentimos desamparados", expresó.
El comerciante señaló que trataron de hablar en distintas oportunidades con Luis Ignoto, el titular de la Delegación municipal del Puerto, pero dijo que nunca pudo materializarse un contacto. "Cuando pasó esto, con Arroyo nos había dicho que al edificio no íbamos a poder acceder hasta tanto no se nos den los informes de seguridad de infraestructura, pero nunca llego una nota ni recibimos nada", cuestionó.
A un mes del derrumbe de los balcones en Punta Mogotes
A un mes de la tragedia, EL MARPLATENSE recorrió la zona comercial de Punta Mogotes para interiorizarse sobre diferentes problemáticas que todavía afrontan comerciantes del lugar. Imágenes: Miguel Parisi.Mirá la nota: https://bit.ly/2UpPwdN
Publicado por EL MARPLATENSE en Martes, 29 de enero de 2019
También afirmó que de parte de la inmobiliaria hubo mayores respuestas y dijo que sólo colaboró con la reposición de los vidrios que se dañaron durante el desprendimiento de la estructura. "Tuvimos que levantar todo porque los alquileres siguen corriendo y no podemos usufructuar la temporada", explicó.
"Nos sentimos muy mal. Nos afecto muchísimo mas allá de lo económico por la pérdida de esas dos vidas. Es terrible el dolor por ese momento tan desgraciado. Obviamente que estamos muy acongojados y desolados por la desidia de las autoridades públicas y los responsables del edificio", apuntó.
"LA TEMPORADA LA PERDIMOS"
Similar es el escenario que atraviesa a La Crémerie, tradicional heladería para el paseo comercial de Punta Mogotes. Debió mudar su local a la vuelta, sobre Araoz al 2200, y si bien estuvo un sólo día sin trabajar, la baja en las ventas se tornó inexorable para sus propietarios.
"El día a día es muy difícil. Tuvimos que largar promociones que para nosotros es algo nuevo. Nosotros en temporada tenemos un boom de ventas y lo tuvimos que hacer por las bajas que teníamos: estamos facturando un 50 por ciento menos que la temporada pasada", graficó Leandro Prado, uno de sus dueños.
El comerciante explicó que el perjuicio surge en el desconocimiento de los turistas "por saber cómo hacer para llegar al lugar". "Nuestros clientes nos han respondido pero perdimos a toda la gente de paso, que volví de la playa o salía de comer, y que para nosotros representaba un volumen importante", afirmó.
Prado reconoció que la tragedia tuvo "mucha influencia" para la zona. "Hay gente como que evita el lugar. Quedó todo medio apagado. Si pasás de noche, tenés 100 metros que están apagados", señaló el heladero, quien calificó esta temporada como "muy especial".
La Crémerie es uno de los locales que está muy pendiente de la demolición porque uno de los laterales involucrados en la labor da sobre el comercio original que está en Acevedo y Puán. "Una vez que derrumben y arreglen las fachadas, todos los locales están inhabilitados, osea que hay que pasar de nuevo por una habilitación para poder reabrir. Así que nosotros la temporada prácticamente casi no la contamos, la perdimos", sentenció.
"TODOS TENEMOS PRESENTES ESTAS MUERTES"

Por su parte, Irma, que está cargo de un kiosco de diarios que está frente a la trágica esquina, recordó que fue un "caos" la tarde del 29 de diciembre. "Vine a los 10 minutos de que se cayera todo. Se sabía que alguien de los escombros y uno se preguntaba cómo pasó esto", señaló.
"Nadie se imaginaba que iba a pasar algo asi a las 2 de la tarde de un día hermoso y sublime. Todos tenemos presentes las muertes que ha habido pero sabemos que no podemos hacer nada. Es una desgracia. Todos nos acordamos de lo terrible que fue pero nada más", afirmó al respecto.
Pese a ello, Irma dijo que, desde su mirada, no se registró una merma significativa en la actividad comercial del lugar producto del desprendimiento de la estructura. Y Karina, otra de las comerciantes del lugar, coincidió en este punto.
"Estamos trabajando. No tenemos ninguna novedad de lo que es el edificio pero estamos trabajando tranquilamente. No creo en todo caso que sea por el derrumbe que haya poco trabajo sino por la crisis que hay en el país", expresó.
Karina comentó que su local estuvo 16 días sin poder retomar su actividad y sin posnet ni teléfono, sumado a otras complicaciones, pero celebró que haya logrado retomar la normalidad en el corto plazo. "Gracias a Dios estamos trabajando bien ya", indicó.
Además, aclaró que tampoco tuvo mantuvo contacto por parte del Municipio. "Nadie se presento acá a decir nada. No se si corresponde que nos vengan a decir algo o no pero yo abrí mi local sin que nadie me diga nada", aseveró, y aclaró: "Nosotros nos tuvimos que manejar solos siempre tuvimos apoyo de la inmobiliaria con los vidrios, las luces, y las cosas que se rompieron. Le ponemos el pecho día a día".
LA CAUSA
Desde la defensa del administrador del consorcio del edificio se presentó en las últimas semanas distinta cantidad de material al fiscal de Delitos Culposos, Pablo Cistoldi, que interviene en la investigación del hecho. Allí, hay libros con datos de la edificación, los comprobantes de los trabajos de reparación y mantenimiento que se realizaron a la estructura, prueba fotográfica, así como otros aspectos ligados con el tiempo en que Bianchi se encuentra al frente de la administración del lugar.
La documentación más saliente, sin embargo, está ligada con una pericia que realizó como perito de parte el arquitecto Domingo Barilaro, que se especializa en “patologías edificias”, y en la que se da cuenta, según lo que sostuvo el abogado Martín Bernat, que el derrumbamiento de los balcones “proviene pura y exclusivamente de un grosero error en la construcción”.
Confiado por la contundencia de estas pruebas, el letrado también le anticipó a este medio que en las próximas semanas, una vez que se logren otra serie de avances a la causa, se buscará pedir el sobreseimiento del titular del consorcio.
“Esperaremos el momento oportuno para solicitar el sobreseimiento ya que estamos en condiciones de asegurar con total certeza que no hay responsabilidad ni penal ni administrativa de Jorge Bianchi”, ratificó.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión