Natalia Melmann, y un grito por Justicia que cumple 17 años
Se cumplen 17 años de un grito que no se desgasta. De un dolor que late con la misma fuerza, pero que sirve como motor de lucha, como guía para tratar de encontrar lo que tanto ha costado en casi dos décadas: Justicia.
Como cada 4 de febrero, el recuerdo de Natalia Melmann está más presente que nunca en todo Miramar. Pero no es un aniversario más para la ciudad, y menos para la familia de la adolescente cuyo cuerpo fue hallado sin vida, con apenas 15 años, en un vivero municipal de esa ciudad. Al respecto, la familia realizará una marcha este domingo, desde las 20, en las calles 21 y 28.
Y sólo hay una razón para la particular connotación de esta fecha: que Ricardo "El Mono" Suárez, Oscar Echenique y Ricardo "Rambo" Anselmini, los tres ex efectivos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires condenados por el brutal abuso y asesinato que sufrió la menor, son los que hoy, 17 años después, gozan de "salidas transitorias" de la cárcel.
Si bien en primera instancia el juez de Ejecución Penal Ricardo Perdichizzi había rechazado esta posibilidad, el 20 de octubre pasado los jueces camaristas Javier Mendoza y Esteban Viñas resolvieron lo contrario y los beneficiaron para que puedan acceder a salidas de prisión, una vez cada 15 días y por de 12 horas, con el fin de lograr "reestablecer sus vínculos familiares".
No fue fácil de digerir la resolución judicial para la familia Melmann y allegados. Llegaron a vivirse serios momentos de tensión en Tribunales, que incluyeron fuertes disturbios y acusaciones de agresiones, y que motivaron también una denuncia por parte de Patricia Perelló, la abogada que esgrime la defensa de los ex policías.
“Realmente no hay motivo para que violadores y asesinos queden libres. Es inexpicable. Estos jueces les dieron el pasaporte para el delito de nuevo”, había señalado en esa fecha Gustavo Melmann, padre de Natalia, en medio de la conmoción.
A más de tres meses del polémico dictamen, el papá de la adolescente aún intenta encontrar alguna explicación a lo resuelto por los magistrados, que omitieron los informes de conducta aportados por el Servicio Penitenciario, en los que se recomendaba no otorgar salidas transitorias a los tres asesinos.
"Hoy sigo esperando que desde la Justicia tengamos alguna respuesta, que vuelvan a la cárcel quienes asesinaron a mi hija y que los terminen de condenar a todos los que participaron de este homicidio", manifestó Gustavo, en diálogo con El Marplatense.
La esperanza de la familia de Natalia está depositada en lo que defina el tribunal de Casación, tras la presentación que fue realizada a mediados de noviembre junto a su representante legal, la letrada Constanza Berisso, para tratar de revertir el fallo.
"Hay un montón de jurisprudencia, y espero que estos jueces de La Plata resuelvan favorablemente y se siente el precedente que las condenas a reclusión perpetua por la gravedad del delito que le han cometido a mi hija se cumplan en la cárcel", sostuvo.
Según confían desde el entorno familiar, podría haber novedades definitivas en la causa en el mes de mayo. "Hasta el momento lo que sé es que admitieron la presentación y que está en análisis de Tribunal, pero no sé en qué instancia está exactamente", dijo, e insistió: "Lo que sí espero es que esto sirva para Natalia y otro montón de causas en las que les permiten a los que cometen estos delitos tan graves que puedan estar tempranamente en las calles".
Como en cada año, la familia Melmann organizó para este 4 de febrero una marcha por las calles de Miramar en homenaje a la adolescente, en el marco de los reclamos por Justicia que han sostenido a lo largo de estos 17 años.
"Yo la recuerdo a Natalia con toda su juventud, sus proyectos, sus ganas de vivir, y no puedo concebir que le hayan arrebatado la vida sin ningún motivo, nada más que con el placer de divertirse", concluyó Gustavo.
EL CASO QUE SACUDIÓ A MIRAMAR
La adolescente de 15 años había desaparecido en horas de la madrugada del 4 de febrero de 2001, después de ir a bailar a un boliche de Miramar. Tras una intensa búsqueda, cuatro días más tarde, su cuerpo fue encontrado sin vida, escondido en un vivero municipal.
La autopsia después confirmaría que Natalia Melmann fue víctima de abusos sexuales reiterados, además de sufrir diversas quemaduras, ser maniatada y estrangulada con el cordón de sus zapatillas.
En 2002, el Tribunal Oral en lo Criminal 2 encontró culpables de Ricardo Suárez, Oscar Echenique y Ricardo Anselmini, que se desempeñaban como policías de esa ciudad, por los delitos de “privación ilegal de la libertad agravada, abuso sexual agravado y homicidio triplemente calificado por ensañamiento, alevosía, en concurso con dos o más personas para procurar su impunidad”.
Los efectivos de la Policía Bonaerense fueron condenados a reclusión perpetua, aunque después la defensa apeló esta condena y se la redujo a prisión perpetua. Otro de los involucrados en el caso fue Gustavo Fernández, conocido como "El Gallo", a quien la Justicia consideró como la persona que entregó a Melmann a los policías. Para él, debía purgar 25 años de cárcel y es el único de los imputaos que ya se encuentra en libertad.