ARA San Juan: en un año, Macri sólo se reunió 2 veces con familiares
El repudio y rechazo de los familiares de las víctimas del ARA San Juan para con la figura del presidente Mauricio Macri, que se visibilizó con contundencia tras la confirmación de su presencia en el acto que celebrará la Armada Argentina en Mar del Plata este jueves, no emerge de ningún abismo: es el coletazo, casi lógico, que deviene de una marea de ausencias.
En los 365 días que van de la desaparición del submarino en el Atlántico Sur, fueron apenas dos los encuentros que pudieron tener las familias de los 44 submarinistas con el mandatario, quien, sin embargo, pisó muchas otras veces la ciudad pero prefirió no renovar el contacto.
El primer encuentro fue en la misma Base Naval de Mar del Plata el lunes 20 de noviembre de 2017, a tan sólo cinco días de conocerse la información sobre la pérdida de comunicación con la tripulación a bordo del ARA San Juan en el Atlántico Sur.
No fue algo pactado ni que se preveía inicialmente: se trató de una visita "sorpresa" que eligió hacer Macri, después de terminar el receso que había decidido tomarse el fin de semana en la residencia de Chapadmalal, que se encuentra ubicada a pocos kilómetros de la ciudad.
El 30 de noviembre llegó el anuncio oficial de la Armada Argentina que sacudió las esperanzas de las familias: el término del operativo de rescate de los tripulantes. La respuesta y la movilización tampoco tardó en llegar: al otro día, familiares ya estaban movilizados en la sede portuaria para exigir la presencia del Presidente.
No estuvo Macri pero sí, ese mismo día, llegó a la ciudad el Ministro de Defensa de la Nación, Oscar Aguad, quien protagonizó un tenso encuentro con los familiares tras asegurar que no había "posibilidades de vida" en la búsqueda que se llevaba adelante hasta la fecha.
El 12 de enero, hubo otra movilización de las familias de las víctimas para volver a reclamar la presencia del mandatario. La respuesta llegó 13 días después y de la misma manera: fue al ministro Aguad a quien se le encomendó la tarea de mantener un nuevo encuentro.
Las críticas y la polémica tampoco se ausentaron. Hubo reproches de algunas familias ya que aseguraron que el funcionario había puesto diferentes condiciones para el cónclave, entre las que sorprendió la orden de "no utilizar celulares".
Pese al marco de la reunión, lo concretó es que hubo seis promesas claves que se desprendieron como principal conclusión: la garantía de que el Gobierno no dejaría de buscar al navío, que Rusia no abandonaría la búsqueda, la continuidad de las tareas del buque Angelescu, la llegada de un barco chileno, la posible contratación de tecnología para sumar a las labores y el ofrecimiento de una recompensa a barcos pesqueros que puedan aportar información sobre el paradero del ARA San Juan.
Recién el 6 de febrero fue la fecha elegida por Mauricio Macri para retomar el contacto con las familias de los submarinistas. La reunión se desarrolló en Buenos Aires y aportó como principal novedad el acuerdo para ofrecer una recompensa millonaria para quien aporte datos sobre el submarino, que días después se conoció que ascendería a 98 millones de pesos. La medida estuvo vigente hasta el 11 de julio.
Este cónclave fue el último que encabezó el mandatario con los familiares. Desde ese entonces, nunca más se vieron las caras en forma personal, pese a los insistentes reclamos que persistieron con el paso de los días, las semanas y los meses, ante la falta de novedades sobre el paradero del ARA San Juan. Incluso, el 10 de febrero, cuando Macri tomaba otro descanso en la residencia de Chapadmalal, un grupo de familias se acercó para dejarle otro petitorio más.
El mismo escenario ocurrió a fines de marzo, en otro período de receso que tenía Macri en las instalaciones presidenciales ubicadas a poco más de 1o kilómetros de Mar del Plata. Las familias le reprocharon al mandatario, con dureza, que haya tenido tiempo para jugar al golf pero no para recibirlos.
"A cada uno le da bronca. Porque el presidente está jugando al golf y nosotros estamos luchando todavía por tratar de traerlos con vida a los submarinistas. Es gente sin corazón, te das cuenta”, había apuntado a este medio Claudio Sandoval, tío del suboficial segundo Celso Oscar Vallejos.
La falta de respuestas llevó también a los familiares a organizar desde fines de junio un acampe con cadenas en plena Casa Rosada - que recién finalizó en agosto - ante las controversias que surgían por la empresa que se haría cargo de continuar con la labor de búsqueda del navío.
El 13 de julio Macri volvió a ser el centro de todas las miradas en Mar del Plata, al encabezar un encuentro de la Mesa de la Pesca, con la participación de distintos representantes empresarios y gremiales de la actividad. Durante la intensa jornada, sin embargo, se hizo tiempo para recibir a familiares de víctimas del San Antonino, el Repunte y el Rigel, todos pesqueros marplatenses que naufragaron con sus tripulaciones.
Sin embargo, volvieron a ser excluidas las familias de los submarinistas del ARA San Juan, y significó un corto circuito más en la ya dañada relación con el jefe de Estado argentino. “Nos da mucha bronca y tristeza que el representante de nuestro país esté a 500 metros de la oficina en la Base Naval en la que nosotros estamos concentrados y no se acerque a hablar con los familiares”, sostuvo Sandoval.
La visita más reciente que tuvo Macri por Mar del Plata se dio en el marco de la realización de la edición número 53 del Coloquio Anual de IDEA, signado por la mirada empresaria ante el convulsionado escenario de crisis económica que atraviesa al país en el 2018.